El país, por mandato constitucional, ha asumido el compromiso del desarrollo sostenible de la Amazonía (artículo 69 de la Constitución Política del Perú). Sin embargo, existe una pregunta clave, ¿Cómo lograr este propósito constitucional?, si todavía persiste una falsa percepción sobre la realidad amazónica, en algunos sectores de la sociedad nacional, como por ejemplo:

  • La Amazonía como espacio vacío, que es necesario colonizarla, desconociendo que en ella existen más de 3 millones de habitantes con graves problemas socioeconómicos.

  • La Amazonía como espacio homogéneo, que sólo requiere políticas globales, y en muchos casos sólo políticas nacionales, sin
    considerar que éstas han sido inspiradas en problemas de otras regiones del país, desconociendo que en este territorio existe una gran diversidad ecológica y socioeconómica, que requiere tratamientos específicos.

  • La Amazonía con alto potencial de recursos naturales de fácil aprovechamiento y a cualquier costo, sin considerar que los ecosistemas amazónicos son complejos y frágiles, y que requieren de un mayor conocimiento y de tecnologías adecuadas para su uso sostenible.

La respuesta a esta pregunta clave, de cara al desarrollo sostenible de la Amazonía, debe partir de un mayor conocimiento del potencial y limitaciones del territorio, de sus recursos naturales y de su población que permita identificar las ventajas comparativas de los diversos espacios, así como  planear la forma de ocupación ordenada del territorio y el uso sostenible de sus recursos naturales. Una de las estrategias fundamentales para lograr el desarrollo sostenible de la Amazonía es el Ordenamiento Territorial (OT), basado en la Zonificación Ecológica Económica (ZEE).

Muchas veces los conceptos de OT y ZEE son utilizados de manera equivalente, generando confusión entre los dirigentes de nuestra sociedad. A continuación trataremos de hacer una breve diferenciación conceptual entre ambos conceptos. El OT es una proyección en el espacio geográfico de la visión de desarrollo que la sociedad desea en el largo plazo. Por consiguiente, el OT es un proceso orientado a ordenar las diversas actividades que el hombre realiza en el territorio, mediante su ocupación ordenada y el uso sostenible de los recursos naturales. Se trata de lograr una relación armónica entre la sociedad y la naturaleza. Esto implica, entre otras cosas: el diseño de la estructura urbana, estableciendo la jerarquía y las funciones de cada centro urbano; el diseño de un sistema adecuado de articulación territorial, mediante una red vial y de telecomunicaciones, tanto interna como externa; el diseño de una base productiva, desarrollando corredores económicos; el diseño de una red de Areas Naturales Protegidas, incluyendo sus respectivos corredores ecológicos; y ordenar el acceso a la tenencia de la tierra, entre otros aspectos (Figura 1).

En cambio, la Zonificación Ecológica Económica es un proceso orientado a identificar el potencial y limitaciones del territorio y de los recursos naturales. En este sentido, la ZEE es la base, principalmente técnica y científica, del proceso de Ordenamiento Territorial que está orientado a definir el uso más adecuado de los diversos espacios y de sus recursos naturales. La ZEE identifica áreas con vocación agrícola, pecuaria, forestal, pesquera, minero-energética, de protección, conservación de la biodiversidad, para el ecoturismo y el uso urbano-industrial, entre otras. Con base a esta información el OT, en el marco de la visión de desarrollo, define los usos más recomendables para un territorio determinado.

Los Planes de Ordenamiento Territorial y la propuesta de ZEE, se constituyen en instrumentos básicos para una adecuada gestión del desarrollo sostenible de la Amazonía, por cuanto permiten:

  • Identificar y desarrollar ventajas comparativas

  • Desarrollar planes para la conservación de la biodiversidad

  • Identificar y desarrollar políticas, planes y proyectos de desarrollo.

  • Promover la inversión privada

  • Planificar la inversión pública

  • Desarrollar planes para la lucha contra la pobreza

  • Orientar la cooperación técnica internacional y la participación de los Organismos No Gubernamentales

  • Planificar la investigación científica y tecnológica

  • Desarrollar estudios de impacto y monitoreo ambiental

  • Orientar las acciones de defensa civil, etc.

Estos procesos deben tener una visión holística y sistémica de la Amazonía y fundamentalmente deben ser participativos, con el propósito que la población y los diversos agentes de desarrollo los internalicen garantizando de esta manera su sostenibilidad.

Las políticas nacionales deben ser acordes con el mandato constitucional – promover el desarrollo sostenible de la Amazonía – Sin embargo, el desconocimiento de la variabilidad geográfica y las verdaderas potencialidades y limitaciones del territorio, sus características ecológicas y los procesos socioeconómicos, son una barrera para definir políticas adecuadas que viabilicen el desarrollo sostenible de la Amazonía.

Para el área de estudio, la agenda regional contempla el desarrollo de un eje de articulación con base a la carretera Iquitos-Nauta y su ampliación hacia Mazán, a partir del cual se plantea generar una base productiva, buscando la complementariedad productiva de la zona.

Ante esta situación, es imprescindible, dentro de una estrategia de desarrollo sostenible, elaborar una propuesta de zonificación ecológica económica al nivel de mesozonificación (escala de trabajo de 1:100,000), como parte de un plan estratégico, con el objeto de que la ocupación del territorio se realice en los espacios que poseen mayor potencialidad de uso evitando áreas susceptibles a la degradación ambiental. En este sentido, el futuro Plan Estratégico de Desarrollo([1]) para la carretera Iquitos-Nauta será el instrumento político y de planificación para la implementación de proyectos de desarrollo en esta zona de cara a mejorar las condiciones de vida de la población y a evitar o corregir problemas ambientales.

 



[1] Plan elaborado en el marco del Proyecto Araucaria Amazonas Nauta, ejecutado conjuntamente por la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Consejo Transitorio de Administración Regional-Loreto.