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PARTE 2

FACTORES AMBIENTALES DEL AREA DE ESTUDIO

CAPITULO 3

CLIMATOLOGIA DE LA ZONA DE IQUITOS, PERU

José A. Marengo

RESUMEN

En este capítulo, se presentan los aspectos más importantes del clima de la ciudad dé Iquitos, Perú, en el marco del clima de la Amazonía peruana y la Amazonía en general. Se analiza información climática e hidrológica para describir el clima y sus anomalías, las variabilidades diaria, estacional, anual, interanual y de muy largo plazo, esta última orientada hacia estudios de cambio climático en la región. Especial énfasis se da a anomalías climáticas como los veranillos, friagens y los impactos de El Niño en el clima y la economía local. Considerando las limitaciones de la información meteorológica e hidrológica disponible para Iquitos, se analiza series hidrometeorológicas en puntos de la Amazonía brasileña, para dar una mejor idea de las características de la región como un todo. Se incluyen, además, la información más reciente sobre impactos de El Niño 1997/98, las estadísticas de deforestación de la Amazonía Brasileña, y una compilación de los trabajos más relevantes y actuales sobre clima-hidrología de la región. Al final, en la discusión sobre cambios climáticos, se discuten los resultados de modelos climáticos sobre cambios en temperatura y precipitación en la región, resultantes de un incremento de la deforestación y del C02 en la atmósfera.

En: Kalliola, R. & Flores Paitán, S. (eds,) 1998. Geoecología y desarrollo Amazónico: estudio integrado en la zona de Iquitos, Perú. Annales Universitatis Turkuensis Ser A 11114: 35-57.

INTRODUCCIÓN

Esta sección describe el clima de la zona de Iquitos y territorios aledaños, con énfasis en la climatología e hidrología de ríos en la región, así como la variabilidad de los mismos en años considerados extremos, como en El Niño. Se hace mención de características climáticas, así como de las condiciones climáticas anómalas de corta duración que afectan el lugar en los meses de verano e invierno. Asimismo, se analizan los aspectos de circulación atmosférica, precipitación, balance hidrológico, temperatura del aire, y radiación solar. Finalmente se presentan tablas con resúmenes climáticos basados en datos compilados de varias fuentes de información.

Es necesario indicar que la red meteorológica en la zona de Iquitos se ha deteriorado, lo que se refleja especialmente en el número de estaciones climatológicas que han sido clausuradas, o trasladadas a otros puntos en la región. Tabla 3.1 muestra una lista de estaciones climáticas cercanas a Iquitos, indicando el estatus de ellas.

Tabla 3.1. Estatus de estaciones climatológicas ubicadas en Iquitos y zonas aledañas (Fuente: Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, SENAMI-11).

ESTACIÓN.
Latitud
Longitud
Altitud
 
Inicio
Estatus
 
°S
°W m.s.n.m
año
Tamshiyacu
73,10
4,00
800
1964
Funciona
Mumuy
73,12
3,54
84
1963
Cerrada
Punchana
73,14
3,40
130
1971
Cerrada
Zungarococha
73,15
3,45
122
1967
Cerrada
San Roque
73,16
3,45
126
1984
Funciona
Guayabamba
73,15
3,48
100
1959
Cerrada
Iquitos
73,15
3,47
126
1947
Funciona
Quistococha
73,19
3,49
150
1963
Funciona
S. María de Nanay
73,42
3,53
120
1963
Funciona

 

ELEMENTOS GENERALES DEL CLIMA

PROMEDIOS CLIMÁTICOS

La ciudad de Iquitos se ubica en la Amazonía peruana, a orillas del río Amazonas. Climáticamente esta región se caracteriza por un tipo Ar tropical húmedo todo el año sin meses secos (Trewartha 1981: 34647). El régimen de precipitación muestra totales mayores de 1500 mm año¹, distribuidas de tal forma que no hay un período seco extenso y casi ningún mes con precipitación menor de 50 mm (Marengo 1983a, 1991, Figurera & Nobre 1990). Las características generales de los elementos del clima en Iquitos aparecen en la Tabla 3.2, preparadas en base a registros históricos compilados con datos del SENAMHI.

Los meses más calientes ocurren durante el verano, y los máximos de lluvia se presentan entre finales de verano e inicios de otoño (Figura 3.1 y 3.2). Las mayores velocidades de viento se observan en los meses de invierno. La humedad relativa es casi constante a lo largo del año. Una descripción más detallada de estas variables será presentada en las siguientes secciones.

Generalmente, no se sufre de limitaciones por falta de agua, pero sí a veces por exceso. Figura 3.1 muestra el promedio anual 1948-94, junto con años anormalmente secos y húmedos, como en los años de El Niño 1953, 1965, 1973, 1976, 1983. El año 1949 no fue un año de El Niño, sin embargo muestra valores anormalmente altos en precipitación durante casi todos los meses. Marengo (1991, 1992, 1995) indica que solamente años con eventos muy intensos de El Niño resultan en anomalías de precipitación por debajo de lo normal en la región.

Marengo: Climatología de la zona de Iquítos, Perú

Tabla 3.2. Promedios climatológicos en Iquitos.

.
Ene
Feb
Mar
Abr
Mayo
Jun.
Jul.
Aug.
Set.
Oct.
Nov.
Dic.
Med.
Temperatura Promedia (°C)
27
27
27
26
26
26
25
26
26
26
27
26
26
Temperatura Máxima ('C)
31
30
30
30
30
29
29
30
31
31
31
31
30
Temperatura Mínima (¨C)
22
22
22
22
22
22
21
22
22
22
22
22
22
Precipitación (mm)
254
245
350
330
200
180
218
220
250
270
320
250
3087
Viento (m s -1 )
4,4
4,4
3,9
3,3
3,9
3,9
3,9
3,9
4,9
4,9
3,9
4,9
4,4
Humedad relativa max. (%)
96
96
96
96
96
96
96
96
96
96
95
95
95
Humedad relativa min.(%)
73
73
73
75
75
73
73
72
72
73
74
75
74




Fig. 3.1. Precipitación en Iquitos (promedio) 1948-94) y en algunos años extremos.

CIRCULACIÓN ATMOSFÉRICA

Iquitos, localizada en las tierras bajas del trópico húmedo peruano se encuentra fuertemente influenciada por la circulación atmosférica tropical, determinada a su vez por los centros de alta presión sobre el Océano Pacífico y Atlántico, la presencia de los vientos alisios y la convergencia de ellos en la llamada Zona de Convergencia Inter Tropical (ZCIT), así como por perturbaciones frontales y líneas de inestabilidad de corta duración que pueden llegar a esta parte en verano o invierno. Esta ZCIT atraviesa una mayor área del trópico húmedo peruano, a medida que avanza hacia la Amazonía del sur durante Enero y hacia el norte sobre la desembocadura del Amazonas en Marzo y Abril (Marengo 1991, Kousky 1988).

Durante la estación lluviosa de verano, la ZCIT y la banda nubosa asociada a ella cubre la Amazonía determinando altas precipitaciones, atribuidas a la alta inestabilidad atmosférica. Es en esta época que predominan los vientos de componente norte, que a su vez transportan humedad del Atlántico tropical hacía la Amazonía y el Nordeste Brasileño. Durante el invierno, los anticiclones del Atlántico y Pacífico están mucho más desarrollados que en el verano y se encuentran desplazados más al norte. En esta época del año, la ZCIT alcanza también su posición más al norte extendiéndose desde América Central hasta las Guayanas, y determinando la estación lluviosa en estas regiones.

Estudios de la ONERN (1975) y Marengo (1983a) han indicado que en la región de Iquitos, los vientos por lo general no son tan intensos, con promedios mensuales entre 3-4 m s-1 durante los meses de verano, y de 4-5 m s-1 durante el invierno. En los días de friagen (eventos fríos, descritos en la siguiente sub-sección), los vientos pueden fácilmente pasar los 10 m s-1. Las calmas se manifiestan generalmente en horas de mañana y en la noche, mientras que a medio día predominan los vientos débiles del norte y del noreste.

Episodios de vientos extremadamente fuertes han sido reportados por pobladores locales, así como por investigadores en la región, mientras que la literatura no muestra referencias a estos fenómenos. Estos eventos han sido caracterizados como vientos extremadamente intensos que afectan pequeñas extensiones de la selva, y de pocos minutos de duración, similares al paso de un pequeño tornado.

Fig. 3.2. Precipitación media mensual en el noroeste de la Amazonía peruana.
(Fuente: Marengo 1983a.)

La intensidad de los vientos es tal que derriba muchos árboles, lo que ha sido detectado desde aviones, reportándose como manchas de bosque destruidas por los vientos. Estas situaciones no ocurren con lluvias y no están asociados a los friagens. Se puede esperar que estos vientos excepcionalmente fuertes afecten la regeneración natural de los bosques, además de la fauna y de la población local.

PRECIPITACIÓN

En el contexto de la Amazonía como región, se tienen tres máximos de precipitación anual, como indican Figurera & Nobre (1990), Nobre et al. (1991) y Marengo (1995). El primero se localiza en el noroeste de la Amazonía, con lluvias por encima de 3000 mm año-1 , y que está asociado a la condensación del aire húmedo traída por los vientos alisios del noreste que convergen en la ZCIT, y que son elevados por la topografía de los Andes. Aquí, las lluvias se concentran en abril-junio. El segundo centro se ubica en la parte central de la Amazonía, alrededor de los 5 S, con valores de 2500 mm año-1, y localizada en una banda orientada de este a oeste, donde la estación lluviosa se concentra en el trimestre marzo-mayo (Marengo 1995, Figueroa & Nobre 1990).

El tercer máximo de lluvia se ubica en la parte este de la cuenca, sobre la desembocadura del río Amazonas, con precipitación anual superior a 4000 mm, y con el máximo en el trimestre febrero-abril. Este máximo se debe, posiblemente, a las líneas de inestabilidad que se forman a lo largo de la costa, durante o al fin de la tarde, y que son forzadas por la circulación de brisa marítima (Kousky 1980). Figura 3.2 muestra la distribución anual, de verano y de invierno, de la precipitación en la zona de Iquitos y la Amazonía peruana.

La región de Iquitos se ubica al sudoeste del primer máximo de lluvia del noroeste de la Amazonía, con totales anuales entre 2400-3100 mm, y con el trimestre más lluvioso entre febrero-abril. La estación con menos lluvias ocurre entre junio-agosto. Sobre las características de la estación lluviosa en Iquitos y la Amazonía peruana, Kousky (1988) identificó que en promedio el inicio de la misma se presenta a mediados de agosto, y el final a mediados de junio, con un máximo en marzo-abril. La Figura 3.3. muestra la variación anual de la precipitación en la Amazonía. La Tabla 3.3 muestra los valores mensuales y anuales de precipitación en Iquitos. La Figura 3.1 muestra una comparación entre la variación anual media de la precipitación en Iquitos, y para años considerados especiales, algunos de ellos correspondiendo a años de El Niño.

Estudios realizados para la Amazonía de Brasil por los investigadores del CPTEC indican que las partes central y norte presentan lluvias por debajo de lo normal en años de El Niño. Esta tendencia parece reflejarse a gran escala en la Amazonía del oeste (Richey et al. 1989, Marengo 1992, Marengo & Hastenrath 1993) donde en años como El Niño 1982 / 83 y 1986 / 7, una reducción en la precipitación en esta zona se reflejó en valores anormalmente bajos en los niveles del río Negro medidos en la estación hidrológica de Manaus, en Brasil central. Algo similar fue observado en los años de El Niño de 1925 / 26, 1986 / 87 y recientemente en 1997/98.

Los niveles del río Amazonas medidos en Iquitos fueron analizados por Marengo (1991), Kalliola & Puhakka (1993) y Tuukki et al. (1996). Ellos indicaron que la estacionalidad de las lluvias determina cambios en el nivel de los ríos y el ciclo anual de los mismos. Se ha comprobado que en años de El Niño intensos, como 1983, los niveles del río en Iquitos fueron por debajo de lo normal. Lo mismo fue observado en los niveles del río Negro en Manaus, y en otros ríos de la parte norte de la Amazonía (Richey et al. 1989, Marengo et al. 1998).

Figura 3.3. Variación anual de lluvia en la cuenca Amazónica (Marengo 1991). MJJ indica que el máximo de precipitación se da en mayo-junio-julio; AMJ en abril-mayo-junio; MAM en marzo-abril-mayo; JFM en enero-febrero-marzo.

BALANCE HIDROLÓGICO

Dado que la Amazonía contiene la mayor reserva forestal húmeda y el mayor sistema hidrográfico del mundo, existe actualmente una preocupación muy grande sobre posibles efectos que puedan tener en el régimen hidrológico los cambios en el uso de la tierra y la deforestación, así como también en el intercambio de humedad entre la vegetación y la atmósfera, lo que podría a su vez afectar sensiblemente los ciclos hidrológico y de energía en la región. (Dickinson & Kennedy 1992, Cutrim et al. 1995, Gash et al. 1996). La falta de observaciones continuas de precipitación, evapotranspiración y medidas de descargas a lo largo del río Amazonas y sus tributarios, han determinado que muchos científicos usen métodos indirectos o modelaje para evaluar el ciclo hidrológico en la región. Los trabajos iniciales de Salati & Marques (1984) estimaron los componentes medios del balance hidrológico en la región: precipitación de 11,9 x 1012m3 año-1 (Villa Nova et al. 1976); la descarga del río Amazonas en Obidos (01°55'S,55°28'W) fue estimada por Oltman (1967) en 5,5 x 1012m3 año-1; y la evapotranspiración fue estimada usando el método de Penman resultando en 6,4 x 1012 m3 año-1. Este valor estimado de Penman concuerda con la diferencia entre precipitación y descarga.

Tabla 3.3. Precipitación media mensual (mm) en Iquitos en 1948-94. Fuentes de información son SENAMHI y Climate Research Unit de la Universidad de East Anglia (Inglaterra).

AÑO
Ene
Feb
Mar
Apr
May
Jun
Jul
Aug
Sep
Oct
Nov
Dic
Anual-
1948
-
-
-
-
130
112
103
31
153
393
294
-
-
1949
136
719
1069
553
620
838
178
656
284
293
177
98
5622
1950
115
364
264
176
216
174
229
336
124
256
198
111
2261
1951
298
507
333
319
284
110
88
192
158
179
169
230
2867
1952
288
191
308
191
237
224
94
193
59
196
149
231
2361
1953
329
252
338
276
179
182
130
169
199
223
237
272
2785
1954
318
177
504
198
188
110
86
80
167
238
300
159
2523
1955
223
498
361
348
182
210
151
104
266
112
316
187
2956
1956
303
362
465
288
265
211
170
173
156
309
224
206
3133
1957
304
271
266
254
246
149
103
131
51
195
349
204
2518
1958
253
237
365
264
548
144
-
85
223
130
193
178
-
1959
123
198
352
388
248
117
257
124
223
255
112
288
2684
1960
313
267
207
324
183
117
167
174
311
134
219
111
2526
1961
340
223
408
290
321
187
25
160
337
274
195
439
3197
1962
189
289
90
372
328
181
124
88
201
279
620
378
3145
1963
361
227
399
213
205
61
157
102
119
119
237
308
2507
1964
138
120
314
404
226
203
114
161
154
410
270
86
2600
1965
109
158
283
240
351
289
151
64
172
208
321
327
2673
1966
294
209
233
477
202
175
345
204
141
263
173
371
3087
1967
349
163
308
230
153
195
225
86
199
184
75
215
2382
1968
333
63
201
240
168
170
257
178
105
191
258
168
2330
1969
224
254
247
358
291
105
199
179
291
1548
243
238
2784
1970
295
310
374
317
288
236
178
121
265
993
349
228
3060
1971
355
326
405
118
342
277
229
91
322
244
196
264
3169
1972
213
152
274
188
444
254
237
198
119
524
332
288
3223
1973
270
209
374
207
277
300
252
175
250
347
287
297
3244
1974
144
67
197
274
121
164
192
240
279
245
107
322
2352
1975
379
188
394
120
445
306
184
355
252
353
379
389
3745
1976
558
274
495
304
753
284
131
469
110
124
343
452
4298
1977
39
475
531
391
192
193
236
123
344
394
374
242
3536
1978
115
121
174
346
298
93
227
175
288
103
451
457
2848
1979
80
203
190
311
209
96
111
140
87
243
162
401
2234
1980
550
172
439
441
217
108
147
167
152
323
368
137
3220
1981
156
405
240
826
380
369
70
371
279
266
239
530
4130
1982
388
184
228
-
215
145
462
110
228
230
395
373
-
1983
453
432
324
432
204
204
64
83
208
405
166
442
3417
1984
218
195
195
221
160
262
147
105
111
94
193
118
2019
1985
80
133
-
289
111
-
139
132
122
170
141
188
-
1986
-
117
-
-
-
-
219
-
-
262
-
-
-
1987
502
206
148
360
126
-
214
162
94
-
-
324
-
1988
163
372
-
25
283
179
-
-
79
-
343
152
-
1989
565
276
-
145
381
268
-
-
110
159
154
62
-
1990
475
225
-
135
130
295
86
213
-
-
-
-
-
1991
-
255
276
-
-
-
209
-
-
-
-
-
-
1992
164
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
249
-
1993
361
-
-
-
-
-
-
210
127
248
-
174
-
1994
-
199
-
-
160
327
102
213
234
-
-
262
-
Prom.
254
245
350
330
200
180
218
220
250
270
320
250
3087

Resultados de trabajos previos sobre evaluaciones del balance hidrológico aerológico (atmosférico) de la Amazonía aparecen listados en la Tabla 3.4. Las diferencias en los resultados se deben a diferentes áreas consideradas para la cuenca Amazónica (Marengo et al. 1994), diversas redes pluviométricas utilizadas, y distintos métodos de estimación del balance hidrológico, ya sea usando la ecuación básica ET = P - R (ET=evapotranspiración, P=precipitación, R=escorrentia) o la ecuación de divergencia del flujo de humedad. Para obtener una mayor información se recomienda revisar los trabajos de Matsuyama (1992) y Costa & Foley (1997).

Tabla 3.4. Componentes anuales del balance hidrológico de la Amazonía (Matsuyama 1992, Marengo et al. 1994, Costa & Foley 1997).

ESTUDIO
Precipitación
Evapotranspiración
Escorrentía
mm año-1
mm año-1
mm año-1
Baurngartner & Reichel (1975)
2170
1185
985
Villa Nova et íd. (1976)
2000
1080
920
Marques et al. (1979)
2083
1000
1083
Marques et al. (1980)
2328
1261
1067
Jordan & Heuveldop (1981)
3664
1905
1759
Leopoldo et al, (1982)
2076
1676
400
Franken & Leopoldo (1984)
2510
1641
869
Shuttleworth (1988)
2636
1319
1317
Vorosmarty et al. (1996)
2260
1250
1010
Russell & Miller (1990)
2010
1620
380
Nizhizawa & Koike (1992)
2300
1451
849
Matsuyama (1992)
2153
1139
849
Marengo et al. (1994)
2888
1616
1272
Costa & Foley (1997)
2166
1366
1106

 

Los términos del balance hidrológico listados en la Tabla 3.4, indican un papel sustancial de la evapotranspiración del bosque en la precipitación regional, conforme a lo propuesto inicialmente por Lettau et al. (1979), Salati et al. (1979), y Marques et al. (1980). Valores estimados de evapotranspiración basados en datos de experimentos regionales pasados en Amazonía, como son ABLE-2B y FLUAMAZON, obtuvieron medidas del orden de 5nun día` con fuertes variaciones temporales (Nobre et al. 1991). Estas investigaciones se refieren a la componente del balance hidrológico atmosférico, medido a partir de estimaciones areales de precipitación y descarga. Esta componente atmosférica tiene que concordar con la componente superficial terrestre del ciclo hidrológico, la que puede ser estimada puntualmente y a nivel regional.

Figura 3.4. Climogramas de balance hidrológico en Iquitos y estaciones cercanas en la Región del departamento de Loreto (Marengo 1983a). PP =precipitación y ET = evapotranspiración. Las unidades se expresan en mm.

Respecto al balance hídrico superficial en el área de Iquitos y zonas aledañas, la Figura 3.4 muestra los climogramas promedios en Iquitos y varias estaciones cercanas, estimando la evapotranspiración potencial por el método de Thornthwaite (Marengo 1983a, 1983b) y considerando una reserva de humedad del suelo de 1OOmm, usando el llamado "bucket method".

En casi todas las localidades, especialmente en aquellas al norte de Iquitos, se notan excesos de humedad durante todo el año, mientras que en estaciones localizadas cerca de Pucallpa (12S) y más al sur, se tiene algunos meses en los que la evapotranspiración supera a la precipitación, pero sin riesgo de tener una prolongada sequía.

TEMPERATURA DEL AIRE

En lo referido a la temperatura del aire, la zona de Iquitos presenta mínimas medias de 20-22 'C y máximas entre 29-31 'C. Las medias anuales superan los 25 'C y las máximas absolutas en Iquitos no sobrepasan de 35 'C comparados con otros lugares de la región. Este hecho se relaciona con las brisas fluviales que soplan desde el río Amazonas. La variación diaria de la temperatura oscila entre 5 a 8 'C, lo que es mucho mayor que la variación anual, que apenas llega a ser de 1 a 2 'C.

Basados en información del Atlas Climático de Perú preparado por el SENAMH1, y en los trabajos de Marengo (1983a, 1991, 1992), se infirió que la distribución media de la temperatura anual en la zona de Iquitos presenta un valor de 26'C, con una gradiente horizontal uniforme que aumenta hacia el oeste, donde empiezan los Andes. La temperatura media mensual varía entre 24 a 28 'C, y el rango térmico tiende a aumentar durante los mes de invierno (Marengo 1984). En la estación de invierno, pueden tenerse días en los que las máximas temperaturas logran alcanzar hasta 36 'C, mientras que las mínimas pueden bajar hasta 10 'C o menos pocas horas después. Este comportamiento es característico del fenómeno que regionalmente se le conoce como Friagen (plural: Friagens; Morize 1922, Serra & Ratisbona 1942, Marengo 1984, Seluchy & Nery 1992, Marengo et al. 1997ab).

HUMEDAD ATMOSFÉRICA

La humedad relativa media anual en la región es bastante alta, con valores que oscilan entre 80 y 90 % todo el año, los meses de invierno presentan una mayor extensión de valores superiores a 90 %. La humedad atmosférica es alta a lo largo de todo el año, favorecida por la evaporación de los abundantes cursos de agua y zonas pantanosas, así como la evapotranspiración del bosque. A nivel diario, en esta estación durante los friagens de invierno, la humedad relativa puede caer hasta valores de 60 % en Iquitos en los días más fríos.

RADIACIÓN SOLAR Y EVAPOTRANSPIRACIÓN POTENCIAL

Las medidas de radiación solar in situ en la Amazonía en general son muy escasas, por lo que muchos autores han utilizado métodos indirectos para estimar esta cantidad. Marengo (1986) estimó la radiación solar usando la información sobre horas de sol y nubosidad en la Amazonía peruana y brasileña, con una media regional de 400 cal cm-1 día-1 variando en el año de acuerdo al cielo de lluvias. En Tabla 3.5, se muestran valores estimados de radiación solar y evapotranspiración potencial en algunas estaciones seleccionadas del trópico Sudamericano.

Tabla 3.5. Valores estimados de radiación solar y evapotranspiración potencial (según Penman) en estaciones seleccionadas en la Amazonía (Marengo 1986).

ESTACIÓN.
País.
Radiación solar
Evapot. potencial
(cal cm-1 día-1)
(mm año-1)
Iquitos Perú
381,1
1040,6
Coarí Brasil
401,8
1087,4
Humaitá Brasil
389,8
1090,8
Manaus Brasil
398,8
1051,2
San Carlosr Río Negro Venezuela
365,5
1065,8
Tiputini Ecuador
359,9
1032,9

Para la Amazonía brasileña, las medidas de radiación solar, temperatura y humedad sobre bosque y en zonas deforestadas fueron obtenidas a través del experimento Anglo-Brazilian Climate Observation Study (ABRACOS). Las mediciones se vienen realizando desde 1990 para tres regiones representativas de la Amazonía: Central (Manaus), Sur (Ji-Paraná), y Este (Marabá). Si bien, estas medidas no son de Iquitos, pueden al menos dar una idea del régimen de humedad y radiación solar en diferentes partes de la Amazonía (Tabla 3.6).

La variabilidad anual de la radiación solar en Manaus indica que los valores máximos se presentan entre agosto-octubre, y los mínimos en marzo-mayo, o sea durante las estaciones seca y lluviosa, respectivamente.

Tabla 3.6. Radiación solar en superficie medida en el experimento ABRACOS en diferentes lugares de la Amazonía, en áreas boscosas y en zonas deforestadas adyacentes (Culf et al.1996).

Lugar
Area boscosa
Area deforestada
MJ m-2 día-1
MJ m-2 día-1
Manaus
15,71
16ffl
Marabá
17,06
17,08
J1-Paraná
17,42
16,85
Promedio
16,73
10,08


ANOMALIAS CLIMATICAS

Después de discutir los elementos del clima de la región, y su variabilidad anual y estacional, a continuación se describen algunas anomalías climáticas detectadas en la región, como son los períodos secos o "veranillos", las ondas de frío o "friagens", y los impactos de El Niño en la región. Se incluye también una lista de referencias a las que el lector puede consultar para obtener una mayor información.

CARACTERÍSTICAS Y DURACIÓN DE LOS VERANILLOS

A nivel regional, una de las características más importantes de la estación lluviosa en la regi0n tropical es la presencia de los períodos secos o "Veranillos". Estos veranillos se caracterizan por ser un período extenso sin lluvias que ocurre en el medio de la estación lluviosa. Las temperaturas son anormalmente altas, y sólo eventos aislados de lluvia o no lluvia ocurren durante este período. La escasez o falta de lluvia determina un estrés hidrológico para las plantas, desde que el suelo se seca, y no hay posibilidad de regeneración de humedad debido a falta de lluvia. Esto puede afectar la agricultura si el veranillo ocurre en una fase fenólogica muy sensible a la falta de humedad, y que puede a llegar a constituir un problema, no sólo en la agricultura sino también por sus repercusiones socio-económica. También se han identificado veranillos (o veranicos, en portugués) en el nordeste brasileño.

En la Amazonía peruana, los veranillos han sido documentados por Marengo y Sánchez (1985). Estos períodos secos se presentan durante la estación lluviosa entre fines de diciembre e inicios de abril, y han sido detectados en Jenaro Herrera (sur de Iquitos) así como en otras localidades cercanas. Durante los años más secos, estos veranillos tienden a extenderse en duración. Estas anomalías son fácilmente detectables en las series diarias de precipitación, mientras que a nivel mensual aparece como una ligera disminución en la precipitación de los meses más húmedos.

Basado en el análisis de la información diaria de precipitación en Jenaro Herrera (Marengo 1983a, Marengo & Sánchez 1985), se observó que en años considerados promedio, se pueden tener varios períodos secos. La definición del período seco dada por Marengo & Sánchez (1985) está basada en la presencia de una secuencia continua de 6 días sin lluvia o precipitaciones menores a un milímetro (no interrumpida por tormentas). Hasta 1981, año en que el estudio fue realizado, se observó que en años secos como 1979-80, los períodos sin lluvia fueron muy largos, alcanzando muchas veces hasta 15 días (Tabla 3.7), en medio de la estación lluviosa de verano. En la selva baja norte de Perú, los veranillos se presentan entre enero-febrero, mientras que en estaciones como Pucallpa y Tingo María se presentan en diciembre. En la sierra de Perú ocurren en noviembre.

Tabla 3.7. Características de los períodos secos en verano en Jenaro Herrera, para años secos y húmedos (Marengo & Sánchez 1985).

AÑOS
Inicio.
Duración
Intensidad
(días)
(mm)
1971-72 (húmedo). 06-Dic
5
0,0
17-Feb
6
0,0
1972-73 (húmedo).. 06-Oct
6
1,4
16-Nov
6
1,0
16-Dic
9
0,0
1978-79 (seco)... 11-Dic
8
1,3
22-Dic
6
0,0
03-Ene
18
0,6
28-Ene
12
0,3
1979-80 (seco).... 19-Oct
6
1,5
28-Oct
11
0,0
09-Nov
5
0,0
17-Dic
6
1,0
17-Ene
6
1,5

 

La ausencia de lluvias, y las altas temperaturas y condiciones pronunciadamente desencantes de los períodos secos, pueden alterar grandemente el balance hídrico de cultivos bajo secano. Esto depende de la humedad almacenada en el suelo y del consumo de ésta por las plantas. Condiciones de sequía asociadas a la falta de regeneración de humedad en el suelo, pueden afectar notablemente a los cultivos. Si esta sequía perjudica a las plantas en una etapa de su fenología que sea muy sensible a la falta de humedad, como en la brotación o en la floración o madurez lechosa en el arroz, por ejemplo (Marengo 1983c), la falta de humedad podría resultar en un descenso de la productividad de los cultivos.

En la actualidad, los estudios en ejecución están utilizando métodos más complejos para la definición de veranillo, como el uso de índices derivados por satélite de las condiciones de humedad del suelo. El impacto de los veranillos repercute también en los bosques, además de las regiones aledañas, que es donde generalmente se establecen los cultivos de secano. La falta de humedad también puede afectar a la fauna y flora local, y por supuesto a la población.

No se tienen estudios en la Amazonía sobre los impactos económicos de períodos secos sobre cultivos de frutales y principalmente sobre los árboles madereros. En relación a estos últimos, el impacto de un veranillo largo no se pueden apreciar claramente al año siguiente dada la extensión de su ciclo fenológico, que es más largo que el de un cultivo agrícola. Sin embargo, se puede afirmar que los veranilos y friangens son características importantes del clima de la Amazonía, donde estos fenómenos intermitentes pueden reducir sustancialmente las medias mensuales de la precipitación en los meses de verano, y de la temperatura en los meses de invierno.

LOS "FRIAGENS"

Este fenómeno se relaciona con la penetración de masas de aire provenientes desde latitudes polares del sur y que entran al trópico Sudamericano pocos días después de haber alcanzado el sudeste de Brasil. Tiene varios nombres locales "Friagens" en Brasil, "Surazos" en Perú y Bolivia. En el sur y sudeste de Brasil, se concentran las mayores zonas productoras de café; las olas de frío en éstos lugares pueden favorecer la ocurrencia de intensas heladas, que ocasionan grandes pérdidas en la producción. Esto puede afectar marcadamente los precios mundiales, ya que Brasil es uno de los principales exportadores de café en el mundo. Tal fue el caso de las fuertes heladas de julio 1975 (Parmenter 1976, Marengo 1984) y de junio y julio 1994 (Marengo et al. 1997a,b)

El centro del anticiclón se estaciona a aproximadamente 25-30OS, y produce bajas temperaturas en el sudeste de Brasil. Dos a tres días después, el aire frío llega a Iquitos. Para mayor información sobre las características meteorológicas de los friagens, se sugiere revisar los trabajos de Seluchy & Nery (1992) y Marengo et al. (1997a).

Figura 3.5. Temperatura mínima en estaciones de la Amazonía peruana, brasileña y del sudeste Brasil, durante el Friagen de 20-30 junio 1994 (Fuente: Marengo et al. 1997b).

En estos eventos, el aire frío hizo sentir su efecto aún en localidades como en Manaus (Amazonía central) y Ji-Paraná (Amazonía sur), donde las temperaturas mínimas fueron muy por debajo de lo normal (Marengo el al. 1997b). Básicamente, este es un fenómeno de corta duración (3 a 7 días) que ocurre durante la estación invernal seca, y se relaciona a la entrada de un frente frío, que se mueve de sudoeste a noreste, desde el sur de Argentina. En algunos casos el frente llega a cruzar el ecuador. La masa de aire frío que acompaña al centro de alta presión migratorio entra al continente sudamericano, y una vez al otro lado de los Andes sigue un recorrido paralelo a las montañas hasta llegar a su posición más al norte.

Entre las características del tiempo observadas durante los friagens, se deben mencionar los fuertes vientos fríos y secos provenientes del sur, las condiciones de cielo claro detectados en la zona, así como los incrementos pronunciados en la presión atmosférica, y disminuciones en la humedad ambiental, que son típicos del paso del frente frío. Los vientos pueden llegar a alcanzar hasta 6-8 m s-1 adquiriendo una componente del sur. El fenómeno en si tiene una duración entre 2-4 días (Marengo 1984, Marengo el al. 1997b). Esto indica la presencia de advecciones de aire frío del sur, que si bien son menores en magnitud que aquellas medidas en el área sur de Brasil, son suficientemente fuertes para producir enfriamiento en esta parte de la Amazonía. Basados en las observaciones de otros eventos, además de los mencionados en la literatura, se puede advertir el efecto canalizador de los Andes en la trayectoria seguida por la masa de aire frío. De hecho, este efecto puede explicar porque el frío es relativamente más intenso en la Amazonía del oeste (cerca del Iquitos) que en la parte central.

La Figura 3.5 muestra la variación diaria de temperatura del aire en localidades de la Amazonía peruana y brasileña, así como en el sur de Brasil durante el friagen intenso de junio 1994 (Marengo et al. 1997a). Se observan las notorias bajas de temperatura en el sur del Brasil, así como el enfriamiento en las estaciones de Amazonía del sur, del centro y del oeste (incl. Iquitos), en comparación con el promedio.

Aún no se conocen los efectos de las bajas temperaturas sobre la flora tropical. Sin embargo, Brinkmann & Goes Ribeiro (1972) han indicado que bajas temperaturas cerca del suelo tienen un profundo efecto en la biosfera y pedósfera y pueden influenciar, en algún grado, la variedad e importancia de microorganismos fotosintéticos y no fotosintéticos en la interfase suelo-atmósfera, la dinámica biológica y la química de la descomposición de la materia orgánica en los bosques.

IMPACTOS DEL FENÓMENO EL EN LA AMAZONÍA PERUANA

Una definición simplista de El Niño podría caracterizarlo como un fenómeno climático de carácter global que se gesta en el Pacífico central y cuyos efectos se manifiestan al nivel de todo el planeta. Para obtener mayores detalles sobre El Niño, sus características climáticas, oceanográficas y sus impactos sobre el clima mundial, se sugiere al lector revisar las publicaciones de Ropelewski & Halpert (1987, 1989), y alguna de las muchas "home pages" disponibles en la Internet sobre El Niño en la "home page" del CPTEC/Brasil (http://yabae.cptec.inpe.br/products/elninho/), que ofrece conexiones a otros sitios referidos a este fenómeno.

El Niño afecta la Amazonía peruana en diferentes aspectos. Por un lado, incrementa los casos de malaria, dengue, enfermedades diarreicas agudas y ataques de ofidios. Por otro lado se presenta una deficiencia de lluvias en la mayor parte de la región a inicios del verano, lo que afecta la agricultura, el transporte fluvial y la generación de energía hidroeléctrica. El Ministerio de Agricultura ha indicado que debido a El Niño, las siembras en la Amazonía peruana experimentan un fuerte atraso, especialmente en San Martín y sobre todo en Ucayali, afectado por un clima irregular con visos de sequía. Otros impactos se refieren a la actividad de exploración y explotación petrolera, debido a los efectos que las lluvias fuera de época y los niveles excesivamente altos o bajos de los ríos pueden tener sobre el normal suministro de bienes, servicios e insumos a los centros de producción, algunos de ellos ubicados en medio del bosque o a orillas de los grandes ríos.

Diversas investigaciones demuestran que la relación entre El Niño y los extremos climáticos en la Amazonía se presenta como anomalías en la distribución de precipitación, debido a cambios en la circulación regional, inducidas por las aguas anormalmente calientes del Pacífico, y por la gradiente meridional de presión sobre el Atlántico tropical. Sin embargo, la señal del El Niño no es muy intensa en la Amazonía.

Actualmente, debido al presente El Niño 1997/98, se viene prolongando la deficiencia de lluvias en la mayor parte de la región; en algunas zonas de la selva alta norte esta escasez llega a un 90 %, y en la selva baja central a un 60 %. En cambio en el centro y sur de la selva alta está empezando una época de precipitaciones de magnitud superior al promedio. Salvo en Pucallpa con 2 °C, no son importantes las anomalías de temperatura en este verano 1997/98. La Tabla 3.8 muestra las anomalías de temperatura del aire en la Amazonía peruana, para fines de 1997 e inicios de 1998.

Tabla 3.8. Anomalías de la temperatura del aire en la Amazonía peruana en 'C (Fuente: SENAMHI).

ZONAS
Nov-97
Dic-97
Ene-98
Temp máx.
Temp mín.
Temp máx.
Temp mín.
Temp máx.
Temp mín.
Iquitos
+0,2
-0,5
+0,7
-0,7
+1,6
-0,1
Tarapoto
+1,2
+1,8
+0,1
+1,7
-0,4
+2,2
Pucallpa
+1,4
+2,3
+2,1
+1,7
+2,2
+1,7
P. Maldonado
+2,3
+2,0
+1,4
+1,9
+1,7
+1,3

 

En el verano de 1998, las condiciones del tiempo en la selva peruana fueron correctamente descritas por el diario El Comercio de Lima, Enero 2 1998: "Selva Norte: Clima irregular con lluvias y sol a diversas horas, caudales de los ríos se mantienen estables en la región; selva central: Lluvias irregulares de poca intensidad en Junín y Pasco; selva sur: Precipitaciones normales para la época, en Puerto Maldonado se presentan lluvias en forma normal y se mantienen las altas temperaturas".

Recientes noticias de marzo y abril indican las acciones que ha emprendido el gobierno para ayudar a los damnificados en la provincia de Maynas en Loreto, debido a las fuertes lluvias y subsecuentes inundaciones. En la Amazonía brasileña del norte, debido a una anormal extensión de la estación seca, se desataron incendios forestales extensos que destruyeron grandes áreas de vegetación de bosque, y el humo afecto a las poblaciones de las ciudades amazónicas. En Manaus, el suministro eléctrico fue restringido a pocas horas del día durante el verano 1997/98. El volúmen de agua almacenado en la represa de Balbina fue inferior a la mitad de lo normal, debido a la poca lluvia y en consecuencia a los bajos niveles del río Negro, afectando también el transporte fluvial.

Como se indica en la Figura 3.1, algunos años de El Niño se caracterizan por precipitaciones por debajo de lo normal en Iquítos. Los niveles de los ríos Amazonas en Iquitos y Ucayali en Pucallpa muestran también esta tendencia. Sin embargo, la correlación entre la ocurrencia de El Niño y niveles de ríos en la Amazonía peruana no es muy clara. Los niveles do Amío Amazonas en Iquitos mostraron valores o de El Nie bajos en 1983 (año de El Niño) y 1988 (Kalliola & Puhakka 1993: 12), mientras que valores anormalmente bajos no fueron detectados durante El Niño 1987. Esto indica que aunque la lluvia en la región pueda mostrar una tendencia de valores anormalmente bajos durante años de El Niño, no todos los años secos pueden ser atribuidos e este fenómeno. Los niveles del río Amazonas medidos en Iquitos representan una gran área de drenaje que no reflejan necesaria y consistentemente la señal de El Niño, aunque la precipitación en la parte alta y media de la cuenca puede mostrar los impactos del mismo.

Richey et al. (1989) y Guyot (1997) indican de que el río Solimoes (como se conoce en Brasil al río Amazonas hasta antes de su confluencia con el río Negro en Manaus), debido a su gran volúmen y área de drenaje, presenta un efecto de "remanso", que puede afectar sensiblemente las medidas de niveles en Iquitos y en otros puntos de medición en los tributarios que convergen con el canal principal, así como los niveles del río Negro en Manaus (Meade et al. 1991). Esto, de hecho, puede ser responsable por las bajas correlaciones observadas entre la ocurrencia de El Niño y niveles relativamente bajos de los ríos Amazonas, Negro, Purús, Madeira, Tapajoz y Xingú. Esto es importante puesto que estudios anteriores (Chu & Hastenrath 1982) indican que el río Solimôes contribuye con 2/3 del volúmen del río Amazonas, y el río Negro con 1/3 restante. Sólo en años de El Niño muy intenso, como 1982/83 y el actual evento 1997/98 se tiene una fuerte señal en los niveles de los ríos en la Amazonía norte y oeste.

CLIMA Y AGRICULTURA EN LA REGION

En la época de menor lluvia, se inician las labores de preparación de tierras y las quemas para el establecimiento de las siembras en toda la región; siendo también cuando los ríos Amazónicos descienden su caudal a su volúmen más bajo. Ello permite la aparición de depósitos aluviales muy recientes, de tierras fértiles conocidas en la selva baja como "barriales". Son muy importantes puesto que en ellas se practica una agricultura temporal, riesgosa, de corta duración, sobre la que se siembran la mayoría de los cultivos alimenticios de subsistencia para la población Amazónica. En los períodos de máximas lluvias, se producen desastrosas inundaciones que destruyen las siembras y viviendas, con el consiguiente impacto en la población local.

En términos generales, la selva presenta un clima favorable para el desarrollo de la actividad agrícola durante el año, lo que se manifiesta por la adecuada precipitación pluvial, temperatura y radiación solar. No se observan riesgos de heladas o descensos bruscos de temperatura que puedan hacer peligrar los cultivos, aun cuando se observen los friagens. El clima constituye una limitante sólo en las condiciones de extrema sequía pluvial, que pueden presentarse en algunas zonas y en algunos años extremos.

Las actividades agrícolas en tierra firme y las dera están sufriendo modificaciones debido a la "irregularidad" del clima (Flores, comunicación personal 1998). La siguiente sección muestra una evaluación de los cambios de clima en la región, desde el punto de vista de observaciones. Se ha advertido que las actividades agrícolas en tierra firme se han alterado: anteriormente la preparación de terreno se hacía en los meses secos de junio-agosto, y la siembra en setiembre-octubre. Ahora ya no se tiene seguridad. Las lluvias se retrasan afectando la siembra o se adelantan afectando la preparación del terreno. Si las lluvias no se presentan en el tiempo oportuno, se puede perder la campaña agrícola. Si las lluvias ocurren en la siembra, a veces aparece un veranillo y las plantas se secan. En los últimos años, se han generalizado las inundaciones inusuales con pérdida de todas las cosechas, al punto que los agricultores migran para las tierras más altas y cambian la localización de sus caseríos. En lo referido a la extracción de madera, la selección, tumba y trozado de los árboles se realiza esperando que las lluvias ocurran desde setiembre. Ahora bien, la madera puede quedarse en el monte, debido a la carencia de lluvias en los momentos previstos, impidiendo que lleguen a las quebradas para facilitar su transporte. Otras observaciones de cambio constituyen, la alteración de la fenología reproductiva de las especies cultivadas y del bosque; en general la reproducción fue menor (Por ejemplo Bactris gasipaes, Povequieba seriacea) ó no se presentó (Couepia dolicopoda). La actividad de pesca fue también alterada, al no presentarse el período de migraciones "mijano", que en su conjunto afectan la economía de los campesinos.

VARIABILIDAD CLIMATICA DE LARGO PLAZO

Para determinar la presencia de tendencias climáticas con cierta confiabilidad en el clima del presente, se analizaron series históricas de lluvias y descargas de ríos desde inicios del siglo actual. La importancia en el estudio de la variabilidad hidrometeorológica de largo plazo es que está ligada a la administración y manejo de recursos hidrológicos, lo que a su vez afecta los asentamientos humanos, la agricultura, el transporte, la generación de energía hidroeléctrica, etc. En esta sección, se hace una revisión de los resultados emanados de algunas experiencias de estudios descriptivos y de modelamiento climático efectuado en la región.

Estudios previos han usado descargas de ríos como indicadores climáticos en la región (Tardy et al. 1994, Molion & Moraes 1987, Rocha et al. 1989, Richey et al. 1989, Marengo 1992, Marengo 1995, Marengo et al. 1998). Los resultados no indican tendencias climáticas hacia condiciones más secas o húmedas, como se podría esperar del impacto provocado por la deforestación en la Amazonía. Lo que se encontró fue una alta variabilidad interanual (debido en parte a efectos de extremos de la Oscilación del Sur, asociados a El Niño), así como la presencia de períodos de años anormalmente secos o húmedos, indicadores de una variabilidad interdecadal observada en el sector Atlántico (Marengo 1995, Wagner 1996). En la Amazonía del oeste, Chu et al. (1995) se observa un aumento sistemático de la convección (principal mecanismo productor de lluvia en la región) desde mediados de 1970, pero esto no se refleja en los registros de los niveles del río Negro en Manaus, ni en los registros de lluvia en la región. Ahora bien, los niveles del río Negro pueden presentar el efecto de remanso disfrazando la señal climática. Trabajos iniciales de Gentry & Lopez-Parodi (1980) describen posibles incrementos en la frecuencia de inundaciones cerca de Iquitos, debido a una deforestación progresiva en la parte alta de las cuencas de los ríos en la Amazonía, en el alto Amazonas de Perú.

Es interesante resaltar los resultados presentados por Dias de Paiva & Clarke (1995), que indican una tendencia negativa de la precipitación sobre buena parte de la Amazonía del norte y en la cuenca del río Xingú. Sin embargo, ellos se basaron en series de precipitación muy cortas, de hasta 15 años, y las tendencias no son estadísticamente significativas. Tardy et al. (1994) mostraron que entre 1910 y 1990 las lluvias y las descargas del río Amazonas han disminuido sistemáticamente, pero ellos basaron sus resultados en una sola estación de lluvia y en los registros de Obidos, que no son necesariamente homogéneos en todo el período de tiempo analizado.

En relación con la temperatura del aire, los registros de temperatura en Iquitos no son continuos ni homogéneos para estudios de tendencias climáticas. Hansen & Lebedeff (1985) y Hansen et al. (1996), demostraron que la variación de temperatura en América del Sur es mínima. Sasingolo et al. (1992) evaluaron las tendencias de temperatura del aire en varias ciudades de Brasil, e identificaron incrementos significativos al 95% en Belén, mientras que se detectaron incrementos no significativos en Manaus y Cuiabá (Amazonía del Sur). Victoria et al. (1998) analizaron los registros de 17 estaciones en la Amazonía, para el período 1918-95. Ellos observaron una tendencia positiva de +0,63'C en cien años, lo que es ligeramente mayor que la tendencia identificada para el Hemisferio Sur (+0,56'C en cien años) de Hansen y Lebedeff. Los resultados indican que las tendencias empezaron a ser significativas a inicios de los años 1970.

En un escenario de cambio climático, se puede esperar que las variaciones en los niveles de los ríos de la Amazonía puedan dificultar el transporte de alto cabotaje, lo que afectaría a su vez la economía de Iquitos. Observaciones actuales indican que en comparación con 1987, la temperatura máxima del aire parece ser 2,5 °c más caliente en 1997, y la mínima 1,5 'C, más fría (Flores, comunicación personal). Asimismo, se observó una baja del nivel del río Amazonas en Iquitos de 1,5 m.s.n.m en 1997 al compararlo con 1993. Esto podría explicarse como parte de la variabilidad interdecadal, en vez de un cambio climático hacía condiciones más secas y cálidas, lo que se podría esperar como consecuencia de la deforestación o de una intensificación del efecto invernadero dé la atmósfera.

En la Amazonía, las mayores tasas de deforestación se observan en la parte sudoeste y este de la cuenca, las que no son precisamente las partes más húmedas de dicha cuenca. El Instituto Nacional de Pesquisas Espaciáis (INPE), de Brasil, a través del PRODES (Programa de Monitoreo de Deforestación en la Amazonía) desarrolló un sistema basado en imágenes de satélite Landsat para evaluar el ritmo de deforestación en la Amazonía brasileña. Los valores estimados de las áreas deforestadas aparecen en Tabla 3.9, y se puede desprender que ha habido un incremento de 33 % en la tasa anual de deforestación, variando de 0,30 % en 1991 (11130 km2) a 0,40 % en 1994 (14 989 kM2) . La deforestación ocurrió mayormente en los estados brasileños de Pará, Mato Grosso, Rondônia y Acre (este y extremo sudoeste), lo que corresponde a la frontera agrícola, mientras que en los otros estados amazónicos (Amazonas, Amapá, Roraima, Maranhao y Tocantis) disminuyó la actividad de deforestación.' Los mapas preparados basándose en las imágenes de Landsat indican que la deforestación afecta más a la vegetación de sabana y no tanto al bosque húmedo tropical.

Tabla 3.9. Deforestación promedio en la Amazonía brasileña (km. 2 año-1). Fuente: PRODES/INPE.

ESTADO

1978-

1988*

1988-

1989

1989-

1990

1990-

1991

1991-

1992

1992-

1994**

1994-

1995

1995-

1996

Acre
620
540
550
380
400
486
1208
433
Amapá
60
130
250
410
36
-
9
-
Amazonas
1510
1180
520
980
799
370
2114
1023
Maranhao
2450
1420
1100
670
1135
372
1745
1061
Mato Grosso
5140
5960
4020
2840
4674
6220
10391
6543
Pará
6990
5750
4890
3780
3787
4284
7845
6135
Rondônia
2340
1430
1670
1110
2265
2595
4730
2432
Roraima
290
630
150
420
281
240
220
214
Tocantins
1650
730
580
440
409
330
797
320
Amazonía brasileña
21130
17860
13810
11130
13786
14986
29059
18161
% por año
0.54
0.48
0.37
0.3
0.37
0.4
0,81
0,51

Los resultados arrojados por los modelos climáticos que han simulado la deforestación (Nobre el al. 1991, Zeng et al. 1996) estiman una disminucióto de hasta 3'C de la temperaturón, y un incremento de hasta 3'C de la temperatura en la Amazonía, asumiendo que toda la región fuese deforestada. Mientras tanto, hasta el presente no hay evidencias provenientes de observaciones sobre cambios climáticos significativos en el ciclo hidrológico en la región. Los estudios sobre incremento de C02 Y realizados utilizando modelos globales de clima. Debido a que no existe un consenso entre los resultados de los modelos, es difícil de decir si los cambios climáticos previstos son realistas o no. Algunos modelos predicen reducciones en el volúmen del río Amazonas en casi un 50 % (Miller & Russell 1992), pero el modelo usado representa inadecuadamente la hidrología del río en las condiciones climáticas actuales. Un trabajo reciente (Yates 1998) compara las simulaciones de 4 modelos globales de clima debido a un incremento de C02 (2 X C02). Los resultados muestran incrementos en la temperatura del aire en Amazonía entre 3,2-5,0'C, mientras que los modelos no concuerdan en la tendencia de la precipitación, mostrando aumento o reducción de la misma en la cuenca.

Debe indicarse, que cuando se hacen evaluaciones de variaciones de temperatura o precipitación debido a incrementos de C02 en modelación climática, los resultados para cada país deben evaluarse con mucho cuidado, si se tiene como finalidad hacer una evaluación nacional de recursos hidrológicos para la planificación. Muchos de los modelos no representan de manera realista el ciclo hidrológico, y muchas veces la resolución del modelo es muy pobre. Lo que si es importante indicar es que los modelos resaltan la alta sensibilidad de la precipitación y temperatura, no sólo debido a la deforestación sino también al incremento de C02. América del Sur en general muestra una gran sensibilidad hidroclimática a nivel regional, y se necesitan estudios detallados en diferentes escalas espaciales y temporales para evaluar con certeza la vulnerabilidad de algunas regiones a un cambio climático.

CONCLUSIONES

Climáticamente, la región de Iquitos se caracteriza como cálida y húmeda, con precipitaciones mayores de 2000 mm año (promedio 3087 mm), distribuidos de tal forma de que no hay una estación seca definida. En estaciones de observaciones en la Amazonía del sur, sí se observa una estación seca (precipitaciones mayores de 50 mm). Generalmente no se sufre por limitaciones en la falta de agua, pero sí debido a excesos. La precipitación generalmente supera a la evapotranspiración y el balance hídrico mensual indica una buena disponibilidad de agua. El Atlántico tropical es una fuente de humedad para la Amazonía, en los llamados períodos secos o "veranillos", que se detectan en la Amazonía y en la sierra peruana durante la estación lluviosa. Este veranillo se presenta como una serie sucesiva de días secos y no es detectable en los totales mensuales. Estos períodos secos pueden tener un gran impacto en la agricultura de cultivo de secano, pudiendo producir sequía fisiológica debido a un desbalance hídrico. La deficiencia de agua puede afectar a los cultivos, como arroz, en etapas sensibles de su ciclo fenológico a la falta de agua. La estacionalidad de las lluvias se refleja también en la estacionalidad de la variación de los descargas de los ríos Amazonicos.

En lo que se refiere al régimen térmico, la temperatura media excede a los 24 °C, con las máximas medias entre 28-30°C y y la mínimas entre 17 -20°C. Durante la época de friagen, entre mayo-setiembre, las masas de aire cálido y húmedo que dominan en la región son súbitamente desplazadas por masas de aire frío y seco que vienen de regiones polares del sur. La penetración de estas masas de aire fríoen la Amazonía ocurre entre 24 a 48 horas después de que dichas masas de aire han impactado las zonas cafetaleras del sudeste de Brasil, donde pueden producir intensas heladas. La duración de este evento es de 3-5 días, y es caracterizado por días despejados y fríos, con calmas, precedidos por días nubosos, de vientos fuertes del sur, indicadores de una fuerte advección de aire frío del sur. Entre los eventos más intensos registrados en la Amazonía, se tienen los casos de julio 1975 y junio y julio 1994.

Basados en los análisis de los componentes climáticos en Iquitos y regiones adyacentes, la región presenta un clima favorable para la actividad agrícola durante el año. No hay un gran riesgo de heladas como en la sierra de Perú. El clima es una limitante sólo en condiciones de extrema sequía, la que pueden presentarse en algunas zonas y en algunos años extremos.

El fenómeno El Niño afecta la precipitación en la región, aunque la señal no sea tan fuerte como en la costa norte de Perú. Los registros de precipitación en la Amazonía peruana, aunque muy cortos o con muchos meses carentes de información, indican alguna tendencia de lluvias por debajo de lo normal durante los veranos de El Niño muy fuerte. Las series de niveles del río Amazonas en Iquitos son muy cortas, y aun así el efecto de remanso de toda la cuenca del Amazonas en Perú puede afectar las cifras en Iquitos. Esto produce una señal extra que complica la asociación entre condiciones de El Niño y niveles del río Amazonas.

Conviene indicar a este respecto que la red meteorológica en la zona de Iquitos, así como en muchos puntos de la selva peruana se está deteriorando. Algunas de las estaciones están siendo cerradas debido a los altos costos de operación, mientras que otras están siendo reubicadas. Ello explica que la realización de estudios de variabilidad de tiempo y clima en la Amazonía peruana sean limitados. Por otro lado, se ha observado un enorme interés de las instituciones científicas peruanas en la Amazonía (IIAP, SENAMHI, universidades) en el monitoreo y evaluación de los impactos de El Niño. Como se sabe, este fenómeno sucede desde hace miles de años y no es consecuencia de la actividad humana ni de la deforestación. El Niño va a ocurrir de nuevo en un futuro próximo, y los problemas generados por este fenómeno no se resuelven enviando dinero del gobierno central para la mitigación de daños. Se tiene que planificar el futuro en términos de un monitoreo constante de los niveles de los ríos Amazónicos y de las variables de clima en la región, lo que implicaría una ampliación de la red hidrometeorológica en la región.

En relación a los cambios climáticos, las observaciones no muestran una clara tendencia de estos hacia condiciones más secas o húmedas, debido a la deforestación o al incremento de C02 en toda la Amazonía. Lo que se observa es una variabilidad interanual asociada en algún grado a El Niño, y la presencia de períodos de años relativamente secos o húmedos que muchas veces pueden ser confundidos como señales de cambio climático. Esta sucesión de períodos secos y húmedos es parte de la variabilidad natural del clima y es independiente del impacto antropogénico. Finalmente, debe indicarse que los escenarios climáticos debido a la deforestación o al incremento de C02 producidos por modelos, si bien no son 100 % realistas, al menos dan una indicación de lo que podría suceder con el clima en el futuro. Los gobiernos locales y central deben de tomar en cuenta estas previsiones y elaborar políticas de mitigación de desastres, para aminorar los daños debidos a un posible cambio climático. Las actividades humanas (agricultura, transporte, vivienda, etc.) serán seriamente afectadas, y es una obligación de los investigadores y políticos planear el futuro, en términos de usos de recursos hidrológicos para actividades humanas, y evaluar la vulnerabilidad de las ciudades y poblaciones, para cuando los efectos de cambios climáticos se dejen sentir.

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