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4.2. Las migraciones, la coca y la subversión

Entre los años 1920 y 1930 comienza la colonización masiva de Tocache, primero con población del departamento de San Martín pro- veniente de Saposoa, Juanjui, y Bellavista. Después, en la década del 60, con la implementación del Proyecto de Colonización Tingo María – Tocache – Campanilla, promovida por el Estado peruano, se instalaron colonos provenientes de la sierra y costa, contando con el apoyo estatal que consistía en el otorgamiento de tierras agrícolas y cabezas de ganado vacuno. En las épocas de siembra y cosecha, se contrataba peones de la sierra de La Libertad y Huánuco, mediante el sistema de “enganche”, esto, con los años hizo que muchos trabajadores fueran estableciéndose y ocupando tierras marginales.

A partir de los años 70, con la llegada de la carretera Marginal de la Selva (hoy denominada Fernando Belaúnde Terry) se inicia el fenómeno migratorio masivo, con la llegada de inmigrantes provenientes de la sierra de Áncash, Huánuco y La Libertad. Posteriormente, el flujo migratorio se acentuó con el arribo de poblaciones procedentes
de la sierra norte de Cajamarca, Amazonas y Piura.

Desde fines de la década del 70 hasta los inicios del 90, Tocache es escenario de dos fenómenos que tuvieron gran impacto social, económico y político a nivel nacional: el narcotráfico (el boom de la coca) y el terrorismo. Durante este periodo el fenómeno migratorio tuvo su punto más alto, con la llegada de miles de inmigrantes provenientes de la sierra, costa, selva baja del Perú, así como colombianos, mexicanos, brasileros e inclusive bolivianos. Sin embargo, al finalizar el boom de la coca, a mediados del 90, Tocache vuelve, paulatinamente, a despoblarse y la prosperidad económica que se generó durante dos décadas aproximadamente desapareció repentinamente, dejando un panorama de crisis, abandono de pueblos y conflictos sociales. En las siguientes líneas se analiza brevemente este periodo que marcó una época sin precedentes en la historia de Tocache.

La coca y el “boom” económico

Es posible que la cuenca del Tocache haya constituido zona de cultivo de coca desde tiempos antiguos (Incanato y Colonia). A mediados del siglo XX, el cultivo de la coca era una actividad complementaria a otros cultivos y el Estado peruano había instalado varios centros de acopio hacia donde se transportaba el producto para su almacenamiento y posterior comercialización en la sierra de la Libertad, Ancash y otros
departamentos.

La ampliación del cultivo de la coca en la provincia desde 1960, es paralela a la construcción de la carretera Marginal y la formación de asentamientos de colonos. Es a partir de esta década que se inicia un paulatino crecimiento de áreas de cultivo de coca, llegando a generalizarse a fines de la década del 70 hasta los primeros años de la década del 90.

Son múltiples los impactos del auge del narcotráfico en Tocache; algunos de los más evidentes los enumeramos a continuación:

  • La generalización del cultivo de la coca en toda la provincia (con excepción de zonas no aptas para ello) y desplazamiento de los otros cultivos tradicionales como el café, el cacao, el maíz y demás, que se redujeron a extensiones mínimas. Inclusive las extensas plantaciones de palma aceitera implementadas por la empresa ENDEPALMA fueron abandonadas en gran parte 1.
  • Surgimiento de caseríos como “centros abiertos” de comercialización 2, de droga, tales como Ramal de Aspuzana, Bamba-marca, Sión y Puerto Pizana.
  • Cambio en los patrones de consumo de la población. Repentinamente, en los caseríos y particularmente en los centros de comercialización de la droga, surgieron actividades comerciales bulliciosas donde la moneda de curso común era el dólar. Respecto a los patrones de consumo, la población rural que tradicionalmente se abastecía de alimentos de su propia producción, empezó a consumir productos industriales, conservas y alimentos traídos de otras zonas. Surgieron motocicletas, carros de doble tracción y un consumo suntuoso propio de las grandes ciudades.
  • Inseguridad generalizada. Durante esta época, en la provincia se vivió un ambiente de inseguridad latente ocasionada por tres fuegos: las mafias de narcotraficantes, la guerrilla terrorista y las fuerzas militares y paramilitares.
  • Miles de muertos y desaparecidos, sea por ajustes de cuentas, enfrentamientos entre las mafias organizadas, o por acción de las fuerzas militares o paramilitares.

En la primera mitad de la década del 90, varios factores confluyen negativamente para el desarrollo del narcotráfico en la provincia. Por un lado el precio de la droga, y consecuentemente de la coca que cae a menos de la mitad; las acciones de erradicación de los cultivos y de interdicción son más drásticas; se capturan a los cabecillas de los grupos terroristas. Estas acciones contribuyeron a la disminución de la actividad cocalera; sin embargo, la aparición del hongo Fusarium que debilita y provoca la muerte de la planta de coca, tuvo el impacto más fulminante para la disminución drástica de los cocales en la provincia.


Campos degradados y abandonados cubiertos de "Shapumba". Estos campos constituyeron cocales en los años del "boom" del narcotráfico

El campo se despobló paulatinamente y el efímero boom comercial y de consumo desenfrenado, en la zona urbana y puntos de comercialización de la coca entró también en crisis.

La subversión y crisis postcoca

La presencia de los grupos subversivos en Tocache empieza a principios de la década del 80 3. A partir de ese año, la expansión del dominio subversivo dentro de la provincia siguió una tendencia de sur a norte por todo el espacio rural del valle, buscando organizar “el campo” y acercarse poco a poco a “la ciudad” o centros urbanos más importantes de cada sector.

Según informes de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR, 2003), el grupo subversivo denominado Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL), organizó en la provincia un “nuevo estado”, en los numerosos caseríos, estableciendo los llamados “comités populares”, con los cuales gobernaban los asuntos de la comunidad desplazando a las directivas comunales 4 .

El PCP-SL entabló una relación profunda con el mercado de la droga, en las fases del cultivo de la coca y elaboración de la droga, los “comités populares” controlaban la tenencia de tierras y con ello el primer eslabón del mercado de la droga; en la fase de acopio, el PCP-SL disponía los términos y condiciones de todos los que entraban a las zonas rurales para comprar la droga (acopiadores y traqueteros); en la fase de distribución, ejercían la vigilancia de las pistas clandestinas de aterrizaje en la zona rural y, finalmente, en las ciudades, otorgaban concesiones a empresas locales de la droga obligando a sujetarse al partido (CVR, 2003).

El año 1989 marcó un punto crítico en el despliegue del PCP-SL en la provincia de Tocache, pues se produce la primera crisis del precio de la coca.

Posteriormente, en la década del 90, la implementación de la Ley de arrepentimiento y el descabezamiento del mando nacional de este grupo, hicieron que la acción subversiva decline paulatinamente.


1. Aunque las causas para el declive de la actividad de la explotación de palma aceitera por parte de la empresa estatal ENDEPALMA son más complejas, contándose entre otras con el surgimiento de la actividad subversiva con diversos atentados a la planta de procesamiento, la excesiva burocracia y corrupción en la administración y las condiciones desfavorables en los precios internacionales.

2. “Centro abierto” de la droga se refiere a la etapa de apogeo, cuando se comercializaba PBC e insumos libremente en las calles de los pueblos.

3. Según información de la población, la huelga de cocaleros en 1981 contó con presencia oculta de cuadros senderistas por primera vez.

4. En efecto, según el informe de la Comisión de la Verdad y Re-conciliación (2003), la nueva autoridad se encargaba de «organizar» al pueblo, es decir, aplicar las instrucciones de la guerrilla y repartir las enseñanzas y tareas políticas del partido. Si llegaba una persona nueva buscando terreno, esa persona tenía que entrevistarse con el delegado, quien antes de darle permiso para residir allí, le interrogaba exhaustivamente sobre su procedencia, su historia y sus propósitos. Sólo si conocía a alguien del caserío y venía recomendado encontraba acogida.

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